A San Judas Tadeo, hermano de Santiago el Menor, se le atribuye la epístola que lleva su nombre.
Fue él quién le preguntó a Jesús por qué no se manifestaba a todos los hombres. En esa ocasión, Jesús respondió diciendo que sólo se manifestaría a aquellos que lo escuchasen y lo amasen.
En su epístola canónica, Judas Tadeo exhorta a los cristianos a vivir en la fe y a compartir con los demás aquello que posean. Recuerda que es preciso dar para recibir.
Tal vez usted se esté cegando debido a su problema, y esté procediendo en forma egoísta. Pero, si usted es un ser que suele preocuparse por el bienestar ajeno, también este apóstol puede estarle aconsejando que pida ayuda a los demás. La generosidad y la cooperación son las claves del triunfo.
ORACIÓN
¡Oh bienaventurado San Judas Tadeo!
Tu siempre fuiste un obrero piadoso,
trabajando y cuidando de la viña del Señor,
llevando el Evangelio por lejanas tierras
y ayudando a sus devotos,
motivo por el cual mi corazón se regocija
y alegra, y por la incomparable dignidad
a que te elevó el Señor haciéndote su Apóstol,
ya que de la misma manera que los Arcángeles,
los Querubines, Tronos, las Dominaciones
y todos los demás espíritus celestiales
te hallas cerca del trono poderoso
de la Santísima Trinidad.
Tu, que también estás unido
por los vínculos de la fe y de la sangre
con la Trinidad Santa de la tierra,
Jesús, María y José.
Por ti, doy gracias a Nuestro Dios y Señor,
Único Creador de cuanto existe, se mueve y vive,
porque te eligió por la gran la sabiduría
que siempre mostraste, por tus consejos,
para difundir el amor de su doctrina,
para que anunciases la vida, pasión y muerte,
en la encarnación del Unigénito del Padre,
de su gloriosa resurrección, y ascensión a los Cielos.
De nuevo agradezco a Dios Todopoderoso,
que con su infinita presencia ocupa los cielos,
porque te dio una alma tan grandiosa,
y llena de tanta caridad que nunca defraudaste
a nadie que a ti se dirigiera en plegaria
con sus súplicas, peticiones y necesidades.
Tú eres bueno y admirable ciertamente,
un corazón sencillo y humilde
que aunque llevas el mismo nombre que el traidor,
el mundo cristiano siempre te distingue de éste
y te venera con gran fervor y confianza.
Por ser de gran valimiento ante el Altísimo,
te suplico, que por tu grandes merecimientos,
y por tu eficaz intercesión,
me alcances propicio del Señor,
que sea socorrido en la necesidad
que te manifiesta mi corazón,
que sea merecedor de su gracia,
y que, puesto en cualquier peligro de alma y cuerpo,
me libre de él por su misericordia.
(Exponer la súplica o petición)
Glorioso San Judas Tadeo, santo patrono
de los que necesitamos ayuda para lo imposible,
para cuando todo está perdido,
oh santo protector mío,
oh santo protector mío,
pon tus benditos ojos sobre mi
y no me dejes sin consuelo,
dame ayuda y conformidad
para que la necesidad que padezco
sea atendida por tu bendita mediación.
Amén.
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