SAN JOSÉ. ORACIÓN PARA HACER UNA PETICIÓN PARA FAMILIARES Y ALLEGADOS MUY ESPECIAL

 
¡Oh santo Patriarca José!
Padre y protector mio
cuya tolerancia, bondad y poder 
exceden a cuanto este devoto hijo tuyo
puede comprender y necesitar!

Ya que sabes de mi devoción hacia ti,
a tu culto de un modo particular,
no puedo menos de dirigirte,
con todo el fervor de que soy capaz,
los más humildes y necesarios ruegos
para mi familia y allegados.

Te pido, en primer lugar,
por la Iglesia y el Sumo Pontífice,
para que los protejas siempre
de una manera visible,
y hagas que confundidos sus enemigos
reconozcan y se arrepientas
de sus errores y equivocaciones.

Te pido también por cuantos se hallan
unidos conmigo por relaciones
de parentesco y amistad,
para que sean lazos santos los que nos unan, 
y una correspondencia exenta de toda culpa,
la que estreche estos lazos.

A mis hermanos los asociados
a esta devoción bendecidlos,
dulce protector mio,
con aquellas bendiciones
que cada uno haya menester
en la situación o peligro
en que pueda  encontrarse.

Y a mí, que tan pobrecito soy,
alcanzadme de Jesús y de María
lo que sabéis que más necesito,
para cumplir religiosamente
con mis deberes de familia
y del cargo o destino
en que Dios me ha colocado,
y sobre todo para ser un perfecto cristiano,
 exacto cumplidor de la ley de Jesucristo
y de los preceptos de la Iglesia,
ardiente devoto vuestro
y propagador de vuestro culto.

Amén.

 

SAN JOSÉ. ORACIÓN PARA CONSEGUIR SU FAVOR Y AYUDA


¡Oh santo mío amabilísimo!
me avergüenzo de haber estado hasta aquí cargado,
como estoy, de pecados y defectos,
privado de toda virtud.

Cuán engañado he estado hasta ahora.
Me persuadía ser vuestro siervo y devoto,
y no cuidaba de conseguir las virtudes,
con que, imitándoos, os agradase.

Ahora salgo, gracias a Vos, de tan funesto engaño.

De aquí en adelante, ¡oh amado santo mío!
me aplicaré a reformar mi vida,
a enmendar mis costumbres,
a huir del pecado y ejercitar las virtudes;
especialmente propongo sufrir a mis prójimos,
conformarme con mi estado,
y resignarme en los trabajos que Dios me mande,
y que merezco por mis pecados;
esta es la resolución que tomo en vuestra presencia,
para ser digno de vuestro afecto
y merecedor de vuestra protección.

Alcanzadme valor con vuestra intercesión,
para que sea fiel y constante en mantener este propósito.

(Hacer una petición al santo)

Amén.

COMO DEBEMOS ORAR A SAN JOSÉ

1.- Se Considera que se debe honrar a San José con el afecto del corazón.

¡Cuan digno de ser honrado es San José! Si la virtud y santidad, si la bondad y la liberalidad roban el corazón, tanto, que se siente uno como necesitado al amor de quien está adornado de ellas, ¿quién, después de Jesús y María, puede merecer mejor nuestro amor que San José? ¿Quién más santo que él? ¿Quién más perfecto en todas las virtudes? ¿Quién más afable y compasivo? ¿Quién más liberal y generoso en distribuir gracias y favores? ¿Quién más dulce y amoroso?
 
Nada hay de austero en el santo Patriarca, nada que infunda temor: al contrario, todo respira en él benevolencia, amabilidad, benignidad y dulzura. ¡Oh santo mío: al con-templaros al lado de vuestra purísima esposa María, ya cuando la conducís a Belén y allí os afanáis a prepararle un albergue, y no hallándolo, os alojáis en un establo!; ya cuando con ella vais al templo, o peregrináis a Egipto; o cuando en su compañía trabajáis en el taller de Nazaret: al contemplaros con el amado Niño en los brazos, y que lo estrecháis amorosamente contra vuestro corazón, y él se os abraza al cuello, y es hace caricias, y os da tiernos besos; ¡oh cuán amable me parecéis, dulcísimo Patriarca! ¡Oh, mi corazón queda aprisionado de vuestra bondad!
 
Vos siempre dulce, manso, sereno y afable, ¿cómo no os debo amar? Sí, amado santo mío, os amo con todo mi afecto: y, después de Jesús y María, a vos ofrezco y consagro todo mi corazón.

Creo que con amaros doy grandísimo gusto a vuestra dulcísima esposa, y causo gran placer a vuestro amado hijo, los cuales, como aman a Vos más que a toda otra criatura, no pueden menos que agradarse de que yo mucho os ame. ¡Ojalá os amase yo con el mismo amor de Jesús y María, y pudiese atraer a todos los hombres a vuestro amor, oh santo amabilísimo!

2.- Se debe dar culto especial a San José con las obras, La prueba sincera del amor son las obras. Por lo cual, considera que la devoción de San José debe ser en ti conservada, alimentada y manifestada con los obsequios, que le pueden ser gratos y aceptos. Venerar sus imágenes, visitar sus altares, invocar su nombre, hacer memoria de sus dolores y alegrías, hacer triduos y novenas en preparación de sus fiestas; santificar en su honor el mes de marzo y los siete domingos siguientes; consagrarle tu persona y cuanto te pertenece; pro-mover su culto con exhortaciones, con libros e imágenes; dar limosna en su obsequio; oir la santa Misa, uniendo tu intención a la que tuvo el santo Patriarca cuando ofreció al eterno Padre la sangre preciosísima que Jesús derramó en la circuncisión, y cuando hizo en el templo el ofrecimiento del Divino Niño el día que fué la Virgen a cumplir la ley de la purificación; he aquí los obsequios, con que puedes mani-festar al santo el afecto que le tienes y la reverencia que le profesas.

Sírvete ya de uno, ya de otro, para acrecentar como con alimento oportuno, y guardar en tu corazón siempre viva la llama de su amor. ¡Cuánto lo estimará el santo y cuán largamente te remunerará! No pase día, como lo ordenó Jesucristo a Santa Margarita de Cortona, que no te postres a sus pies para honrarlo y venerarlo, ¡Oh dichoso Vos, santo Patriarca mío! confieso aquí a vuestros pies mi pasada negligencia en honraros, y mi tibieza en amaros a pesar de haber recibido de Vos tantas gracias, ¡Perdonadme! No será así en adelante. Yo os prometo que no pasará día, sin que yo os manifieste con algún obsequio devoto mi reconocimiento, mi amor, y la confianza que en Vos he puesto.

3.- Se ha de rendir un culto especial a San José con la imitación de sus virtudes. La sustancia y como la flor de la devoción está puesta en la imitación de las virtudes del santo, a quien se quiere venerar. La conformidad de genio y de costumbres ata los corazones y los une con recíproco afecto. Por lo cual, si deseas ser sincero devoto de San José, toma por regla y medida de tu devoción el cuidado y deseo que tienes de copiar en ti sus virtudes sublimes.
 
¿Está en ti fervoroso el amor de Dios, de modo que observes fielmente, a imitación de San José, sus santos mandamientos y cumplas su divina voluntad? ¿Te aplicas a copiar en ti su paciencia en los trabajos, su tolerancia en las injurias y su resignación en las adversidades ? Procuras ser, a imitación del santo Patriarca, manso, benigno, puro y limpio de toda mancha y suciedad de pecado? ¡Oh! si esto haces, consuélate porque tu culto es, sin duda, grato al santo Patriarca, y él te tendrá siempre bajo su especial protección. Mas, si por el contrario, te contentases con rezarle, con sólo los labios, cualquiera oración, o con practicar exteriormente algún ejercicio de poco momento; y después no tienes cuidado de huir la ofensa de Dios, de guardar la pureza del corazón, de ser caritativo con el prójimo; y te entregas en brazos del vicio, te das al contentamiento de los sentidos, a la satisfacción de perversas inclinaciones: si eres altanero, soberbio, indevoto, impaciente, inmortificado y lascivo; ¡oh! en vano te lisonjeas entonces de ser devoto de San José, pues no gozarás de su favor y protección.
 
Resuélvete, pues, resuélvete de veras a rendirle un culto tal, que te estimule a la consecución de las virtudes que más resplandecieron en el santo; y así tu culto será de todo su agrado y de grande provecho tuyo.




SANTA MARTA DOMINADORA DEL DRAGÓN. ORACIÓN PARA REGRESO DEL SER AMADO


Necesitas:

9 VELAS DE COLOR ROJO Y BLANCO, 
una para cada día,
rezando la siguiente oración:

INICIO

Confío en ti mi Dios, Padre, Hijo, y Espíritu Santo.

Mi señor Jesús mi único salvador con todas mis fuerzas
te pido la gracia que tanto deseo:

Que_____________regrese a mi nuevamente.

Señor date cuenta que yo puedo darle 
la felicidad que el necesita.

Remueve Señor de nuestro camino todo aquello
y a aquellas personas que nos han querido separar.

Sana su corazón señor para que vuelva a ser conmigo
como lo era al principio de nuestra relación.

Ayúdame señor a recuperar a __________________
para poder hacerlo feliz y serlo yo también.

Confío en ti señor, AMEN.

ORACION A SANTA MARTA:

Oh! Santa Marta, Virgen Dominadora de la serpiente,
Virgen por carabanchel vas a consumir hoy por la llama
con que se enciende esta vela
y por el algodón con que se limpiaron los santos oleos,
te enciendo yo esta vela para que remedies mis necesidades,
socorras mis miserias y venzas todas mis dificultades
como venciste la fiera brava que tienes a tus pies.

Santa Marta para ti no hay imposibles, dame suerte,
y dinero para cubrir mis miserias y necesidades.

Vos que salvasteis a un niño de segura muerte envuelto
por una serpiente y al cual Dios, por intercesión de Santa Marta,
le concedió al niño, por medio del toque de un clarín o silbato
se acercaran respetando su inocencia.

Así mismo deseo Santa Marta mía, que por intercesión de San Cipriano,
me libres de toda maldad y castigues
a todo aquel que pretende hacerme daño,
permitiendo que la serpiente que arropa a Santa Marta
los domine enredándosele en su cuerpo hasta que se arrepienta
y me pida perdón de rodillas.

Así mismo encomiendo en mi fe a San Wenceslao y San Cipriano
para que_______________ (sea mi marido),
me atienda y no me desampare en mis necesidades,
de lo contrario Santa Marta lo domine con la serpiente,
para que venga manso a mis pies.

AMEN.

Así madre mía concédeme que ____________
(Decir el nombre)
no pueda ni vivir tranquilo hasta que a mis pies venga a parar.

Así madre mía, concédeme lo que te pido
para aliviar mis penas por el amor de Jesús.

Santa Marta virgen que al monte entraste,
las fieras bravas espantaste, con tus cintas las ataste
y con tu hisopo las amansaste,
así madre mía si esto es verdad, por favor concédeme
que _______________ regrese a mí para siempre.

Santa Marta quiero que________________
regrese a mí_________________
para que me haga feliz y hacerlo feliz yo a él.

Santa Marta concédeme que_____________________
no pueda ni vivir tranquilo, ni con amigos
ni con amigas hablar ni socializar,
ni en silla sentarse, ni en mesa comer, ni en cama acostarse,
ni que tenga un momento de tranquilidad
ni que encuentre satisfacción ni felicidad en nada ni con nadie,
hasta que a mis pies venga a parar.

Santa Marta no permitas que___________________
se enamore de ninguna mujer ya sea joven o vieja,
guapa, fea, blanca, o negra.

Santa Marta, tampoco permitas que ninguna mujer ni vieja
ni joven, guapa, fea, blanca, o negra
se enamore de_______________ porque él es mío.

Que cada minuto que________________________
pase en su lugar de trabajo siempre piense en mí y solo en mí.
Santa Marta que cuando_________________
se encuentre en su hogar piense en mí y me recuerde
y me extrañe todo el tiempo.

Que cuando______________se acueste a dormir,
cuando se levante, cuando se este bañando, 
se encuentre en un bar,
una fiesta, una reunión entre amigos, en el supermercado,
caminando por la calle,
me extrañé, piense en mí y me recuerde con nostalgia
a mi ________________________, y se sienta solo
y se arrepienta de haberme dejado.

Que cuando_____________________ 
vea parejas de enamorados
se sienta solo y aburrido, y recuerde todo el amor que yo le di
y el que todavía tengo para darle y lo desee tener de nuevo.

Santa Marta que nadie acepte las invitaciones
de__________________
para ir a su casa, que siempre lo rechacen.

Que_________________se sienta entristecido
y arrepentido por haberme dejado,
y atormentado por los remordimientos
por haberme hecho sufrir.

Que___________________sienta celos
pensando que otro hombre me quiera tener
y que solo piense en llamarme para reconciliarnos
porque desea regresar conmigo_________________.

Que__________________ se sienta solo
y abandonado por todos y se de cuenta que nadie lo va a aceptar
tal cual es él como lo hice yo.

Que _________________
sienta en su corazón
que nadie esta más dispuesta que yo____________________
a dejarlo todo y correr a su lado.


Que _______________ no sienta satisfacción
con nada ni con nadie ni en ningún lugar.


Santa Marta que_____________________
vuelva a sentir la atracción, el gusto, necesidad,
y amor que sintió por mí 
al principio de nuestra relación y quiera
volver a intentarlo conmigo que soy________________________.

Santa Marta ampárame y ayúdame por el amor de Dios.

Amén.


Santa Marta por favor, concédeme el deseo que te pido,
Domina y tráeme enamorado a_________________,
por el amor de Dios,
Amén


Santa Marta por favor, concédeme el deseo que te pido,
Domina y tráeme enamorado a_________________,
por el amor de Dios,
Amén


Santa Marta por favor, concédeme el deseo que te pido,
Domina y tráeme enamorado a_________________,
por el amor de Dios,
Amén

SANTA MARTA

Santa Marta, fue quien hospedó a Cristo. Descendiente de reyes, era hija de Ciro y Eucalia. 

Su padre fue gobernador de Siria y de muchas otras provincias. Como herencia de su madre, Marta y sus hermanos recibieron tres fortalezas, Magdala, Betania y una parte de la ciudad de Jerusalén. En ninguna parte está escrito que ella tuviera marido o que viviera con un hombre.

Esta noble hospedadora del Señor quería que su hermana también se dedicara a Él, pues le parecía que nada en el mundo era demasiado para tan importante huésped. 

Después de la ascensión del Señor, cuando los discípulos se dispersaron, ella, su hermano Lázaro, su hermana María Magdalena y también el Beato Maximino, que los había bautizado, y a la que había sido encomendada por el Espíritu Santo, fueron, junto con muchos otros, enviados por los infieles en un barco sin remos, velas, timón ni comida. 

Guiados por Dios, llegaron a Marsella. Desde allí fueron a Aix-en-Provence, donde convirtieron a la población local.

La Beata Marta fue muy elocuente y compasiva con todos. 

Había en ese momento en la región del Ródano, en el bosque entre Arles y Avignon, un dragón mitad animal, mitad pez, más gordo que un buey, más largo que un caballo, con dientes afilados como una espada y puntiagudos como cuernos, equipados a cada lado con dos escudos. él conseguía esconderse en el río para hundir los barcos y matar a todos los que pasaban. Había venido por mar de Galacia, en Asia, engendrado por Leviatán, culebra acuática muy feroz, y por el animal Onaco, originario de aquel región. 

Contra sus perseguidores lanzaba sus excrementos  a gran distancia como si fueran dardos, y todo lo que tocaban y cubrían quedaba como quemado por el fuego. 

A pedido del pueblo, Marta fue al bosque, donde lo encontró comiéndose a un hombre, le echó agua bendita y le mostró una cruz. Instantáneamente vencido, inmóvil como un oveja, Santa Marta lo ató con su cinturón y la gente lo mató con lanzas y piedras.

El dragón fue muerto por los tarascoños, y en memoria de este lugar todavía se conoce como Tarasco, en lugar de Nerluc, como más bien, que significa "lago negro" porque allí el bosque era negro y lúgubre.

Allí vino a vivir la bendita Marta, con el acuerdo de su amo Maximino y su hermana, entregándose a la oración y al ayuno ininterrumpido. Más tarde, después de haber reunido un gran número de seguidores, construyó allí una gran basílica en honor de la Santísima Virgen María. Marta llevó una vida muy estricta, evitando la carne, todo tipo de alimentos grasos, huevos, queso y vino. Todos los dias comía una sola vez y hacía cien genuflexiones al día y otras tantas de noche.

Una vez, cuando estaba predicando cerca de Avignon, entre la ciudad y el Rhone, un joven que estaba al otro lado del río queriendo escuchar sus palabras, pero sin bote, comenzó a nadar y de repente fue arrastrado por el río y pronto se ahogó. Dos días después tu cuerpo fue encontrado y puesto a los pies de Santa Marta para que resucitara. Se postró en forma de cruz y oró: 

"Oh Adonai, Señor ¡Jesucristo que una vez resucitaste a mi hermano Lázaro, tu amigo!

Mi querido huésped, por la fe de los que me rodean, resucita este joven!" 

Ella tomó la mano del niño, y pronto resucitó y recibió el santo bautismo.


SAN GERMÁN. ORACIÓN PARA CONSEGUIR UN FAVOR URGENTE Y DIFÍCIL


Glorioso San Germán que naciste 
en una familia rica en Auxerre,
estudiaste en Roma y te hiciste abogado.
Tu, que no tuviste miedo 
de abandonar sus altos cargos de estado,
para dedicarte a los pobres e infelices:
San Germán ruega a Cristo 
que nos conceda su gran misericordia.

En la época en que eras rico y poderoso
no te gustaba oponerte a tu voluntad
pero finalmente te sometiste con humildad
al pueblo de Auxerre que te nombró obispo.
San germán intercede 
por la salvación de nuestras almas

Tu fama y tu celo por la fe 
te hicieron recorrer las tierras y los mares 
para traer de nuevo al camino de la salvación
a las poblaciones perdidas por el enemigo.
San Germán, tú que amas al Señor
se mi abogado para obtener el favor que pido
que es urgente para mi y de extrema dificultad.

(Hacer una petición al santo)

Fuiste rechazado, pero nunca abandonaste tu causa
y con gran fatiga seguiste viajando y predicando
por las ciudades de gales
para gloria de nuestro Señor
y el consuelo de todos los fieles.
San Germán, se nuestra gloria y nuestro protector.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
ahora y siempre y por los siglos de los siglos. 

Amén.

SAN GERMÁN O GERMANO

Germano proviene de germíne, "semilla", y de ana, "de arriba", por lo que significa "una semilla de arriba".

Para que una cosecha germine son necesarias tres cosas: calor humedad natural y nutritiva y fertilidad de la semilla. Por eso al bienaventurado Germano se le llama la semilla que germina: en él estaba el calor de su ferviente amor, la humedad de su abundante devoción, y el principio germinador de la fuerza de su predicación, a través de la cual engendró muchas creencias y buenas costumbres. 

Su vida fue escrita por el anciano Constantino a San Censury, obispo de Auxerre.

Germano nació de padres muy nobles en la ciudad de Auxerre. Después de haber estudiado extensamente las artes liberales, partió hacia Roma para aprender correctamente. Allí ganó tanta consideración que el Senado lo envió a la Galia para gobernar todo el ducado de Borgoña.

En el centro de la ciudad de Auxerre, desde donde ejercía su poder con gran diligencia, había un pino de cuyas ramas colgaba, para admirar, las cabezas de los animales que cazaba. Pero Amador, obispo de la ciudad, criticó muchas veces esta vanidad, aconsejándole que hiciera cortar el árbol para que no sirviera de mal ejemplo para los cristianos. Germano no estuvo de acuerdo, y un día, en su ausencia, Amador hizo cortar y quemar el árbol.

Cuando Germano se enteró de esto, se olvidó de la religión cristiana y volvió a la ciudad con soldados con la intención de matar al obispo. Avisado por una revelación divina el obispo supo que le haría Germano, se tranquilizó y huyó a Autun. Más tarde volvió con cautela a Auxerre, llamó a Germano a la iglesia, lo arrestó allí y lo tonsuró, explicando que se predijo que sería su sucesor. Qué fue lo que ocurrió. Poco después murió el obispo y toda la población vitoreó al Alemán para el puesto.

Repartió sus bienes entre los pobres, convirtió a su mujer en monja, y durante treinta años mortificó tanto su cuerpo que nunca consumía pan de trigo o vino o legumbres, ni usaba sal para dar sabor a la comida. Dos veces al año, en Semana Santa y Navidad, bebía vino, pero mezclado con tanta agua que le quitaba el sabor. En la comida, primero comía un poco de ceniza, luego pan de cebada. Siempre ayunaba y comía solo por la tarde. Tanto en verano como en invierno, solo usaba una túcnica y un cilicio. Si tardaba demasiado en regalar esta ropa, la usaba hasta que estabaa desgastada y deshilachada. Su cama estaba cubierta de cenizas, usaba una camisa de pelo y una bolsa en lugar de almohada para tener la cabeza más alta que la espalda. 

Llevaba alrededor de su cuello, siempre gimiendo, reliquias de los santos. Nunca se quitaba la ropa, rara vez los zapatos y el cinturón. En todo lo que hizo, superó su condición humana. Su vida sería increíble sin milagros. Tantos milagros que podrían considerarse fantasía pues no carecían de los méritos que antes había demostrado.

Una vez, estaba hospedado en un lugar donde después de la cena se volvía a poner la mesa, y, asombrado, preguntó para quién se estaba preparando. Le dijeron que era para pasar un buen rato con unas mujeres que viajaban de noche. San Germáno decidió pasar la noche despierto, y vio una multitud de demonios sentados a la mesa en forma de hombres y mujeres. Les ordenó que no se fueran y, despertó a todos los miembros de la familia que lo hospedaban y preguntó si conocían a esas personas. Decían que eran vecinos y vecinas. Germán ordenó a los invitados que no se fueran, y envió las huestes a las casas de cada uno de los vecinos, y todos estaban en sus camas. Los demonios reconocieron haberse disfrazado de humanos.

Vivía entonces el beato Lupo, obispo de Troyes, que desde arriba de la puerta de esta ciudad preguntó al rey Atila, que la estaba atacando, quién era él para hacer eso. Él respondió: "Yo soy Atila, el azote de Dios".

El humilde prelado de Dios habló gimiendo: "Yo soy el lobo que devasta el rebaño de Dios, y como merezco el azote de Dios, abriré las puertas ahora mismo" Los invasores entraron, pero fueron divinamente cegados y pasaron de una puerta a otra sin ver ni herir a nadie.

El beato Germano llevó consigo al obispo antes mencionado, Lupo, a las Islas Británicas, donde abundaban los herejes. despues de que se pusieran en camino, una gran tormenta se levantó en el mar, pero con su oración inmediatamente se asentó una gran calma. Fueron recibidos con grandes honores por el pueblo, pues los herejes ya habían anunciado que San Germano los expulsaría de allí. 

Después de haber convertido a los herejes, regresaron a su tierra.

Una vez Germano estaba acostado, enfermo, cuando de repente un incendio se apoderó de todo el lugar. Le pidieron que se alejara para escapar del fuego, pero él se expuso y las llamas lo consumieron todo de arriba abajo, sin tocar el lugar donde estaba.

Cuando fue de nuevo a Bretaña para refutar a los herejes, uno de sus discípulos partió poco después, queriendo alcanzarlo, pero enfermó cerca de Tonnerre y murió. Germano volvió, abrió el sepulcro, llamó al muerto por su nombre y le preguntó si todavía quería seguir a su lado. El muerto se sentó y respondió que estaba disfrutando dulcemente y que no quería volver a la situación anterior. Entonces con el consentimiento del santo, se acostó de nuevo y durmió en el Señor.


SAN EUSEBIO. ORACIÓN PARA PEDIR SU PROTECCIÓN Y AYUDA


Oh amantísimo y amoroso San Eusebio, 
yo hoy, en unión contigo, 
adoro con reverencia a la Divina Majestad. 

Doy gracias con gozo a Dios 
por todos los dones y bienes
que me ha concedido durante mi vida 
y que espero conseguir tambien para mi espíritu
cuando llegue el momento de mi muerte. 

Te suplico con toda la devoción de mi corazón 
que te dignes obtenerme, por tu eficaz intercesión, 
la mayor de los todas las bendiciones: 
la gracia de vivir una vida santa. 

Además, te ruego que me obtengas 
[menciona aquí el favor que deseas obtener]. 

Pero si lo que te pido con tanto fervor 
no tiende a la gloria de Dios y al gran bien de mi alma, 
por favor obtén para mí, te lo ruego, 
lo que es más conducente para ambos.

Oh Dios, que cada año nos proporcionas 
un nuevo motivo de gozo 
con la solemnidad del bienaventurado Eusebio, 
vuestro mártir pontífice, 
haced que honrando su nacimiento al cielo, 
experimentemos los efectos de su protección

Amén.

(Recitar aquí un Padrenuestro, Avemaría y Gloria). 

SAN EUSEBIO

Eusebio proviene de eu, que significa "bueno", y de sebe, que significa "elocuencia" o "firmeza". Eusebio también significa "buen culto". En efecto, tuvo bondad en su vida santificada, elocuencia en la defensa de la fe, firmeza en la constancia en el martirio, buen culto en la reverencia a Dios.

Eusebio siempre permaneció virgen y todavía era catecúmeno cuando fue bautizado por el Papa Eusebio, de quien recibió su nombre. En su bautismo vio manos angelicales sacándolo del manantial sagrado.

En cierta ocasión, una dama, atraída por su belleza, quiso entrar a su habitación, pero no pudo hacerlo porque estaba protegido por ángeles, a la mañana siguiente se arrojó a sus pies y pidió perdón. Ordenado sacerdote, se condujo con tal santidad que cuando estaba con el misal solemnemente en sus manos, un ángel apareció para ayudarlo.

En esa época la peste aria infectó a toda Italia, y aún siendo el emperador Constancio favorable a los herejes, el Papa Juliano consagró a Eusebio obispo de Vercelli, que entonces era una de las principales ciudades de Italia. Sabiendo esto, los herejes quisieron cerrar todas las iglesias. Eusébio entró en la ciudad, se arrodilló en la entrada de la principal iglesia, dedicada a María Santísima, y ​​pronto todas las puertas se abrieron a su oración. 

Expulsó de su episcopado a Majencio, obispo hereje de Milán, y en su lugar ordenó a Dionisio, un ilustre católico. De esta manera Eusebio purificó a toda la Iglesia de Occidente de la peste arriana, como lo hizo Atanasio con la Iglesia de Oriente.

Arrio era un anciano de Alejandría que decía ser Cristo. Una simple criatura hecha por Dios para servir como instrumento cuando Él nos creó. El gran Constantino mandó celebrar el Concilio de Nicea donde se condenó este error. Después de eso, Arrio murió de una muerte miserable, porque murió con sus vísceras e intestinos fuera.

Constancio, hijo de Constantino, fue corrompido por la herejía, por eso, al convertirse en emperador y estar extremadamente indignado contra Eusebio, convocó un concilio con muchos obispos, entre ellos Dionisio. Envió muchas cartas a Eusebio quien, sabiendo que prevalecería la malicia, se negó a ir aduciendo su avanzada edad. Para evitar esta excusa, el emperador dispuso que el concilio se celebraría en Milán, una ciudad cercana a la suya. Al no ver a Eusebio en el concilio, ordenó a los arrianos que pusieran por escrito su fe, y Dionisio, obispo de Milán y otros 33 obispos se sumaron a esta fe. Cuando se enteró, Eusebio decidió dejar su ciudad e ir a Milán, aunque le predijeron que sufriría mucho.

En el camino a Milán había un río, al otro lado del cual estaba un barco que, sin tripulación, llegó hasta Eusébio y lo transportó a él y a sus compañeros. Entonces el susodicho Dionisio fue hacia él y se arrojó a sus pies pidiendo perdón. Como Eusébio no se dejaba doblegar ni por el ni por los halagos del emperador, dijo delante de todos:

Afirman que el Hijo es inferior al Padre, entonces ¿por qué aceptaron que Dionisio, mi hijo y discípulo, firmara ese documento antes que yo? "Ni el discípulo es superior al maestro, ni el esclavo superior a su señor, ni el Hijo superior al Padre" Movidos por este razonamiento, le dieron el texto que habían escrito y que Dionisos había aceptado. 

Eusebio: "No firmaré después de mi hijo, a quien precedo en autoridad, así que quema este escrito y haz otro que, si quieres, firmaré como rey". Así, por inspiración divina, Dioniso y otros 33 obispos firmaron el texto. Los arrianos escribieron otro texto y se lo llevaron a Eusebio y a los demás obispos para que lo firmaran, pero, animados por Eusebio, se negaron rotundamente a hacerlo y se alegraron de haber quemado el documento que habían sido obligados a firmar.

Enojado, Constancio entregó a Eusebio a los arrianos. Estos lo arrebataron de en medio de los otros obispos a golpes duros y lo arrastraron por los escalones del palacio, de abajo hacia arriba y de arriba hacia abajo. Cómo a pesar de tener la cabeza herida y perder mucha sangre, no accedió a firmar el texto, lo ataron por las manos y lo arrastraron con una cuerda atada alrededor del cuello. Dio gracias diciendo que estaba dispuesto a morir por la fe católica. Entonces Constancio envió al exilio al Papa Liberio, a Dionisio, a Paulino y a todos los demás obispos que les había alentado el ejemplo de Eusebio. 

Este fue tomado por los arios en Scillopolis, ciudad de Palestina donde estuvo preso en un lugar mínimo, muy apretado, más bajo que su altura y más estrecho que su ancho, de modo que estaba encorvado, incapaz de estirar las piernas o de girarse, con la cabeza más baja que los hombros, y solo podía mover hombros y codos.

Murió Constancio, y deseando complacer a todos, su sucesor, Juliano, llamó a los obispos exiliados, reabrió los templos de los dioses y quiso que todos pudieran seguir su religión preferida en paz. Liberado, Eusebio fue a Atanasio y le dijo cuánto había sufrido.

Muerto Julián y reinando Joviniano, los arrianos se debilitaron y Eusebio volvió a Vercelli, donde fue recibido por el pueblo con gran felicidad. Pero en el reinado de Valens los arrianos volvieron a ganar fuerza, rodearon la casa de Eusebio, lo sacaron de allí y luego lo arrastraron, lo apedrearon y lo aplastaron. Así que emigró felizmente al Señor y fue enterrado en la iglesia que había construido.

Se dice que a través de sus oraciones, Eusebio obtuvo de Dios que ningún arriano pudiera vivir en su ciudad. Según la crónica, vivió al menos 88 años. Vivió alrededor del año 350 del Señor.




SANTOS ABDÓN Y SENÉN. ORACIÓN PARA SITUACIONES DESESPERADAS EN LA VIDA



Oh gloriosos santos y mártires, Abdón y Senén
que sois gloria de la fe cristiana,
y que tantos milagros realizáis
con la intercesión de Nuestro Señor Jesús.

A vosotros acudo en este momento
en que me encuentro desolado
por tantas circunstacias adversas
que concurren en mi vida
y que sin vuestra ayuda, no podré solucionar.

Yo, hoy, abrumado por la pena y el desaliento,
recurro a vosotros y solicito ayuda
para aliviar mi angustia y dolor.

Son tantas la circunstacias adversas
que concurren en mi vida
que me encuentro desesperado:

Me falta la estabilidad económica,
emocional, laboral, familiar y física,
no puedo continuar así, o sucumbiré.

Vosotros dos, santos mios,
que por tantas dificultades pasastéis
y de todas salísteis airosos,
que con la ayuda de Nuestro Señor, 
dominando a las fieras que os querían devorar,
y que mantuvistéis intacta vuestra fe
hasta dar vuestra vida por ella,
acudid a mi llamada y confortadme.

Todo lo tuvistéis y todo lo dísteis.
Hasta vuestra vida en sacrificio.
Por eso sois favoritos de Dios
y no os negará ningún favor:

Os suplico que intercedaís por mi
pera que Dios se apiade de mis dificultades
y que con su benevolencia
ponga sus ojos sobre mi, pobre pecador,
y me me ofrezca nuevas soluciones
para tantas angustia, ansiedad y problemas.

Con vuestra mediación y mi fe,
estoy seguro de salir adelante,
amados santos míos,
para gloria de Dios y honra vuestra.

Amén.


SANTOS ABDÓN Y SENÉN

Abdón y Senén sufrieron martirio bajo el mandato del emperador Decio, quien al someter a Babilonia y otras provincias llevó a los cristianos que encontró a la ciudad de Córdoba, donde los mató con diferentes torturas. 

Fueron enterrados por dos virreyes, Abdón y Senén, quienes, descubiertos, fueron llevados encadenados ante Decio en Roma. Ante Decio y el Senado, se propuso que se sacrificaran a los dioses paganos para recuperar su libertad, de lo contrario serían arrojados a las fieras salvajes y desgarrados y devorados por ellas. 

Cómo despreciaron a los ídolos y escupieron sobre sus imágenes, fueron llevados al anfiteatro y arrojado a dos leones y cuatro osos, que, sin embargo, no tocaron a los santos, al contrario, los protegieron. 

Luego fueron asesinados con una espada y arrastrados con los pies atados a una imagen del Sol, junto a la cual fueron abandonados durante tres días, hasta que el subdiácono Sirino los recogió y los enterró en su casa.

Abdan y Senen fueron martirizados alrededor del año 253 d.C. En la época de Constantino estos mártires, junto con otros dos, revelaron a los cristianos dónde estaban sus cuerpos, los cuales fueron trasladados al cementerio de Ponciano, donde Dios les permitió hacer muchos milagros en beneficio del pueblo.


LOS SANTOS 7 HERMANOS MACABEOS. ORACIÓN PARA SUPERAR DOLORES Y DEPRESIONES


A vosotros 7 hermanos Macabeos, 
Solomonia, su excelsa madre y Eleazar:

Os suplico que roguéis al Señor, 
por vuestros sufrimientos endurecidos 
y por todos los de los demás los Santos, 
que sanéis todo mi dolor.

7 hermanos Macabeos, Solomonia y Eleazar:
Los siete pilares de la Sabiduría de Dios 
sois todos vosotros, una lámpara de siete brazos 
que brilla con la Luz Divina.

 Vosotros Grandes Mártires 
que fuisteis antes de los Mártires, 
oh sabios Macabeos, rogad a Dios por mi,
ahora que canto vuestras alabanzas 
para que pueda ser sanado y salvado.

Abim, Antonio, Guria, Eleazar, 
Eusebona, Achim y Marcellus:
 Judíos de raza y preciosos guardianes 
de las antiguas Leyes de vuestros Padres. 

Vivísteis el bajo la tiranía de Antíoco, 
 enemigo implacable de los judíos 
que abiendo subyugado a toda vuestra nación 
y hecho muchos males contra vosotros, 
y sin escatimar en atacar vuestra Fe, 
os obligó, a hacer cosas prohibidas por la Ley. 

Vosotros piadosos jóvenes, 
al ser apresados ​​junto con vuestra madre y maestro, 
fuísteis sometidos a torturas indecibles. 
Pero todas las resististéis con valentía 
y demostrastéis con hechos 
que la mente es soberana sobre las pasiones 
y que puede vencerlas si así lo desea. 

Glorios sea vuestra madre, 
que después de que su último y menor hijo 
fuera martirizado, y cuando 
estaba a punto de ser apresada para ser muerta, 
se arrojó al fuego para que no la tocaran, 
y así fue considerada digna de un final bendito 
junto con ella vosotros, sus hijos. 

Ayudadme hoy, y sed la fuente de mi fortaleza,
para que el dolor que siento es tan terrible
que me siento desfallecer.

Vosotros que tanto padecísteis
soportando con valentía y dando ejemplo
de una valentía singular
ayudadme es este duro momento
para que pueda recobrar las fuerzas
y seguir dando gracias y alabando
A Dios Padre y Señor nuestro.

Amén.

LOS SIETE HERMANOS MACABEOS

Los macabeos eran siete hermanos quienes, junto con su reverenda madre y el sacerdote Eleazar, no quisieron comer puerco por respeto a la ley, y por eso sufrieron torturas inauditas, como se cuenta en Macabeos II: Debe notarse que la Iglesia Oriental celebra las fiestas de los santos de ambos Testamentos, mientras que la Iglesia Occidental no celebra a los santos del Antiguo Testamento, porque estos "descenderán a los infiernos. Las excepciones son los Inocentes3 - porque en cada uno de ellos Cristo fue asesinado - y los Macabeos.

Hay cuatro razones por las que la Iglesia las celebra, aunque hayan descendido a los infiernos. La primera es que ellos eran los únicos santos del Antiguo Testamento que han tenido el privilegio del martirio, que merece ser celebrado.

La segunda razón radica en el simbolismo del número siete, el número de la totalidad. Es decir, los Macabeos representan a todos los padres del Antiguo Testamento dignos de celebración. De hecho, aunque la Iglesia no celebre fiestas para ellos por haber descendido al Limbo y por haber sido reemplazados por una multitud de nuevos santos, a través de estos siete ella muestra reverencia por todos los demás, ya que, como se ha dicho, siete designa la totalidad. 

La tercera razón es ofrecer un ejemplo de sufrimiento, ejemplo para los cristianos de sufrir por la ley del Evangelio como ellos lo hicieron, por la constancia y el celo que animaron a los no bautizados, como los patriarcas del Antiguo Testamento, que evidentemente nacieron antes de Cristo. Por su fe, lucharon vigorosamente por la ley de Moisés. 

La cuarta razón es su tormento, quienes en defensa de su ley sufrieron tormentos semejantes a los que sufrieron los cristianos por la defensa de la ley evangélica.


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