LA ORACIÓN QUE HACE QUE DIOS TE CONCEDA UN MILAGRO


Eres mi Dios, el bendito ser supremo
que da sentido a mi vida,
eres mi amado Dios,
la sal que alegra mi vida.
 
Tu eres la fuente y manantial de todo,
tu eres el creador indiscutible,
El Santo, el Todopoderoso, el Complaciente,
el Generoso, el Bendito, el Amable,
el Misericordioso, el Benevolente.
Tu todo lo tienes y todo lo das.

Yo soy mi Señor, el humilde, el devoto,
el hijo expectante y agradecido,
el pecador arrepentido
que se duele por su inconsciencia,
por no haber respetado tus preceptos,
por no haberte respetado una vez mas
y haberte vuelto a crucificar.

Pero no olvides mi Dios y Señor,
que también soy el hijo que te ama
sobre todas las cosas,
el hijo rebelde que siempre regresa a ti,
el que siempre busca en ti
el remedio en su desesperación,
el que es consciente de que solo en ti
encontrará ayuda y consuelo,
el hijo sufriente que sabe que solo tu
curarás sus heridas, remediarás sus miserias,
al que solo tu concederás su ayuda y protección
ante todo mal, toda tentación, todo ataque,
toda desilusión, toda angustia, todo temor,
porque tu eres Dios, yo soy hombre,
y a ti acudo con toda mi fe y esperanza.
 
Hoy, yo, tu amado hijo
acudo a ti en un momento de desolación y tristeza,
apenado, desolado e impotente
por la grave situación en la que me veo inmerso
sin encontrar un solo resquicio de esperanza
y necesitado de un milagro para salir adelante.
 
Tengo a la vez, el total convencimiento
de que con tu ayuda sabré salir adelante,
con solo mi fe puesta en ti,
lo lograré, porque solo tu eres quien puede lograrlo
y mi corazón con toda certeza sabe
que no me vas a dejar en el abandono.
 
¡Ayúdame Padre!
¡Auxíliame Ahora, Señor!
¡No me abandones en este momento de desesperación!
¿Qué hay que tu no puedas conseguir para tu hijo?
Necesito tu poder ahora, que estoy desesperado.
Necesito que me concedas un milagro:
 
(exponer el problema y la solución necesaria)
 
Lleno de ilusión y esperanza,
dejo contigo mi problema
porque se que de él, seré liberado con urgencia,
y que recobraré la alegría en mi vida,
porque mi fe en ti, nunca me ha faltado Señor,
y se con una palabra tuya,
todos mis males desaparecerán,
todas mis angustias, mis miedos,
mis sufrimientos, mis penas,
serán humo que se lleve el viento,
y mi alma agradecida, cantará tus alabanzas,
por hoy y para siempre, Padre mío,
como el amor que siento por ti,
por hoy y para siempre.
 
Amén


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