SAN MARCOS DE LEÓN, ORACIÓN PARA CONSEGUIR UNA PETICIÓN ESPECIAL

San Marcos puede ser considerado el primer fundador de la vida monástica, ya que instituyó, en Alejandría, un grupo judío, similar al de los esenios que se llamaron los Therapeutes. A él también se le puede atribuir con justicia el origen de la célebre escuela cristiana, Alejandría, que fue tan floreciente, incluso en el siglo II.
 

ORACIÓN

Glorioso San Marcos,

a quien he elegido como mi patrono especial,

ruega por mí para que, también,

puede que algún día glorificar

a la Santísima Trinidad en el cielo.

 

Obtén para mí tu viva fe,

para que pueda considerar a todas las personas,

cosas y eventos a la luz del Dios todopoderoso.

 

Intercede para que pueda ser generoso

al sacrificar cosas temporales

para promover mis intereses eternos,

como lo hiciste tan sabiamente.

 Cúbreme con llamas de amor por Jesús,

para que pueda tener sed de sus sacramentos

y arder con celo por la extensión de su reino.

 

Por tu poderosa intercesión,

ayúdame en el cumplimiento

de mis deberes para con Dios,

conmigo mismo y con todo el mundo.

Atrae a mí la virtud de la pureza

y una gran confianza en la Santísima Virgen.

 

Protégeme este día, y todos los días de mi vida.

Guárdame del pecado mortal.

Obtén para mí la gracia de una muerte feliz.

Y especialmente intercede por mi,

para que pueda conseguir el ruego especial

de___________

Amén
 

Así como fueron gloriosas las obras de este discípulo de San Pedro, el evangelista y el apóstol San Marcos, también recibió la dignidad de mártir.
 

 

El éxito de su predicación atrajo contra él la furia de los idólatras. Estaban celebrando una fiesta en honor a Serapis; y esto les dio una oportunidad que no dejaron escapar. Agarraron a Marcos, lo trataron con crueldad y lo encarcelaron.

 

Fue allí donde nuestro Señor resucitado se le apareció durante la noche, y se dirigió a él con estas palabras, que luego formaron los brazos de la República de Venecia:

 

"¡La paz sea contigo, Marcos, mi evangelista!"

 

A lo que el discípulo respondió: "Señor" porque tales eran sus sentimientos de deleite y gratitud, que solo pudo decir esa palabra, como sucedió con Magdalena, cuando vio a Jesús en la mañana de la Resurrección.

 

Al día siguiente, Marcos fue ejecutado por los paganos. Había cumplido su misión en la tierra, y el cielo se abrió para recibir al León, que debía ocupar cerca del trono del Anciano de los días que el lugar le había asignado, como se le mostró al Profeta de Patmos, en su visión sublime (Apoc. IV).

En el siglo IX, Occidente se enriqueció con las Reliquias de San Marcos. Fueron llevados a Venecia; y, bajo la protección del sagrado León, comenzó para esa Ciudad un largo período de gloria. La fe en un patrón tan grande logró maravillas; y desde la mitad de los islotes y lagunas surgió una Ciudad de belleza y poder.

 

El arte bizantino levantó la imponente y hermosa Iglesia, que era el palacio de la Reina de los Mares; y la nueva República selló su acuñación con el León de San Marcos.