SAN LEÓN MAGNO. ORACIÓN PARA PEDIR QUE SE ACABE EL PELIGRO DE UNA PRÓXIMA GUERRA



Oh, santísimo y glorioso Papa San León,
llamado Magno por tu grandeza,
ya que grandes fueron tus logros
al conseguir que el guerrero Atila
liberase a Italia y sus habitantes
de los terrores de la guerra.
Atiende hoy nuestras súplicas
cuando es amenaza vuelve a recaer
sobre los países del mundo.
 
Tú que rogaste siempre a Dios 
que el infierno no pudiera derrotar a la iglesia, 
y que no dejaste que nada te apartara de su lado, 
ruega por nosotros y  ayúdanos 
a recuperar la cordura y la sensatez
y que por medio de negociaciones
los países en discordia firmen la paz
 y volvamos a recuperar la paz que tanto necesitamos.

Te imploro desde lo más profundo de mi corazón, 
que nos permitas recuperar la fortaleza 
ante todas estas adversidades. 

Es por esta razón que a ti acudo 
para que intercedas por todos nosotros
 ante el Señor Todopoderoso, 
con el fin de que pueda darnos claridad 
y encontrar el camino de regreso a la paz.

No hay ningún imposible para ti,
porque eres de espíritu perseverante 
y favorito de Dios, a quien nada puede negar
ya que aferrado a su Palabra estuviste siempre, 
y fuiste una gran lección para el mundo.

Bendito San León Magno, 
ayúdanos a apartar la confusión, la duda, 
la incertidumbre y la desconfianza de nuestras vidas, 
que cada problema que llegue 
seamos capaces de solucionarlo
y que nuestra fe se vuelva mucho más fuerte y sólida.

Solo en ti confíamos para recobrar 
una verdadera amistad con Dios en todo momento 
y a prueba de cualquier cosa, 
en las situaciones más afortunadas, 
en los sufrimientos, y en cualquier experiencia 
que ponga en desequilibrio nuestras emociones.

Con tu misericordioso apoyo 
nuestras plegarias llegarán hasta el cielo 
para ser escuchadas por nuestro Salvador, 
y confíamos plenamente en que tu intervención 
será muy efectiva para obtener el perdón 
y la compasión del Señor en este preciso instante. 

Glorioso Papa San León, ayúdanos a recobrar la Paz.
Por Cristo, nuestro señor. 
Amén.


SAN LEÓN MAGNO

El Papa León celebró Misa el día de Pascua, en la iglesia de Santa Maria Maior. Cuando al repartir la comunión a los fieles una mujer le besó la mano, provocó en él una fuerte tentación carnal. Contra esto el hombre de Dios se vengó cruelmente, y ese el mismo día se amputó la mano que lo había escandalizado y la tiró a la basura. 

El sumo pontífice dejó así de celebrar los santos misterios como de costumbre, lo que hizo circular muchos rumores entre la gente. Entonces León se volvió hacia la Santísima Virgen para someterse enteramente a lo que ella determinara. Ella se le apareció y poniéndole sus santísimas manos le devolvió la mano amputada, la curó y le ordenó comparecer en público y ofrecer el santo sacrificio a su Hijo. 

León explicó a toda la gente lo que había sucedido, y mostró a todos la mano que le había sido devuelta.

Fue él quien celebró el Concilio de Calcedonia, en el que estableció que sólo las vírgenes recibirían el velo y en el que también se decidió que la Virgen María sería llamada Madre de Dios.

Como en ese momento Atila asolaba Italia, San León pasó tres días enteros y tres noches en oración en la Iglesia de los Apóstoles, después de lo que dijo: "si quieres seguirme, sígueme" . Cuando Atila llegó, se acercó a él y tan pronto como vio al bendito León, se apeó de su caballo, se postró y le rogó que le que le dijera lo que quería. León le pidió que dejara Italia y liberara a los cautivos. Al oír de sus hombres que el que triunfado sobre el mundo, se dejó conquistar por un sacerdote, Atila respondió: "Cuidé mi seguridad y la tuya, porque a su diestra vi a un temible guerrero empuñando una espada desnuda y diciéndome: "Si no le obedeces, perecerás a todos lo tuyos"

Cuando el beato León escribió a Fabiano, obispo de Constantinopla, una epístola contra Eutiquio y Nestorio, la colocó sobre la tumba del bienaventurado Pedro, y después de un tiempo de ayuno y oración, dijo: "Tú, a quien se ha confiado la Iglesia, corrige los errores que como hombre pude haber cometido en esta epístola". Cuarenta días después, mientras oraba, se le apareció Pedro diciendo: "He leído y corregido" León tomó la epístola y la encontró corregida y enmendado por la mano del apóstol.

De nuevo León pasó cuarenta días en oración ante la tumba, bendijo a Pedro y lo conjuró para obtener el perdón por su pecados. El Bendito Pedro apareció y dijo: "Yo pedí al Señor por ti, y perdonó todos tus pecados. Pero infórmate bien sobre quien ordenas sacerdote, porque de este oficio aún tendréis que dar cuenta a Él"

Murió alrededor del año del Señor 460.


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