ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA DEL ESPINO PARA PRESENTARLE UNA SÚPLICA


Dulcísima Señora,
Madre mía y de toda la humanidad,
 a quien venero con todo mi afecto
bajo el nombre de Nuestra Señora del Espino:
 
Cada vez que recuerdo y evoco
las gracias singulares
y las innumerables misericordias
que con las que habéis favorecido
a los que con fe viva,
firme esperanza y devoto corazón
os han invocado,
se llena mi alma de gozo,
mis ojos de lágrimas de ternura,
y mi lengua os bendice y os alaba.


 
Espero que me oiréis benigna,
cuando os llame en mis dificultades,
que me consolaréis en mis aflicciones,
y que seréis el escudo fuerte
que me defienda en el tiempo de la tentación.
 
¡Oh Virgen Santísima del Espino!
 
Madre mía, Abogada mía, Refugio mío,
yo temo que mis oraciones
no han de ir bien encaminadas,
si vos no las dirigís.
 
Que mis súplicas y peticiones
no han de ser atendidas,
si vos no las presentáis,
y que mi alma ha de perderse,
si vos no la amparáis.
 
Presentad, pues, mis peticiones,
mis necesidades, mi pobre alma,
ante el trono de vuestro divino Hijo Jesús,
para que remedie todas mis necesidades,
y me otorgue lo que especialmente pido
por vuestra intercesión en esta Oración.
 
Alabada seáis, madre mía:
alabado sea vuestro dulcísimo nombre;
y tenga yo la dicha de alabaros
ahora y por siempre en el cielo.
 
Amén.
 
 
 

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