LA CAÍDA DE LOS ÁNGELES, ORACIÓN DE EXORCISMO Y LIBERACIÓN CONTRA DEMONIOS Y MALOS ESPÍRITUS


Todos los ángeles fueron creados en estado de gracia o amistad divina, y antes de gozar de la visión beatífica fueron sometidos a una prueba moral para merecerla. Los que hicieron buen uso de los dones concedidos por Dios y salieron airosos de la prueba recibieron como recompensa la eterna felicidad del cielo.
 
Los ángeles caídos, llamados demonios o malos espíritus, los que se rebelaron contra Dios, fueron lanzados al infierno, pues «Dios no perdonó a los ángeles que pecaron...»


La prueba a que Dios los sometió, fue al parecer en que debían adorar todos al Verbo encarnado: «Adórenle todos sus ángeles» (heb. 1,6); mas creyéndole como hombre inferior a ellos, le negaron la adoración... En esta prueba cayeron muchos de su estado de gracia.
 
Jesucristo dice que «no permanecieron en la verdad» (Jn.8,44). Quisieron ser iguales a Dios.
 
El profeta Isaías se burla de su soberbia, diciendo: «¿Cómo caíste del cielo, estrella de la mañana? Tú que decías en tu corazón: ¡Subiré al cielo, pondré mi trono sobre las estrellas de Dios... Seré semejante al Altísimo! ¡Mas ahora has bajado al infierno! (Is.14,12).
 
Un gran combate se trabó en el cielo. Miguel y sus ángeles peleaban contra el demonio y los suyos. Y el demonio fue arrojado de allí con sus ángeles, y no halló más su lugar en el cielo» (Apoc.12,7-9)...
 
Cuando los ángeles buenos peleaban contra los malos exclamó Miguel: ¿Quién como Dios? (En hebrero: Mi-ka-él?).
 
Los ángeles malos o demonios «fueron creados buenos por Dios, pero se hicieron malos por su propia culpa. (Conc. IV de Letrán).
 
El jefe de los ángeles caídos o demonios es Satán, Lucifer (el que lleva la luz), porque al parecer era uno de los ángeles más encumbrados, y lo da a entender esta frase de Jesucristo: «¡Id al fuego eterno, preparado para el demonio y sus ángeles!» (Mt.25,11).

ORACIÓN DE EXORCISMO Y LIBERACIÓN
PUBLICADA POR EL PAPA LEÓN XIII

+ En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
 
Amén.

 "San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla.

 
Sé nuestro amparo contra la perversidad
y las asechanzas del enemigo.
 
Reprímelo Dios, Te pedimos humildemente,
y tú Príncipe de la Milicia Celestial,
arroja al infierno a Satanás y a otros espíritus malignos,
que andan por el mundo para la perdición de las almas.
 
Amen. (León XIII).


Venid en auxilio de los hombres
que Dios ha hecho a su imagen y semejanza,
y que ha sido rescatado a tan alto precio
de la tiranía del demonio.
 
Sois vos a quien venera la Iglesia,
y como su guardián y protector
a vos ha confiado el Señor las almas redimidas
para introducirlas al Cielo.
 
Rogad al Dios de la paz que aplaste a Satanás
bajo nuestros pies a fin de despojarle de todo poder
y de perjudicar a la Iglesia.
 
Presenta al Altísimo nuestras oraciones
para pedir misericordia y vencer a la antigua serpiente
para que no pueda seducir a las naciones.

EXORCISMO:

En el nombre de Jesucristo nuestro Dios y Señor,
con la intercesión de la Virgen María,
de San Miguel, San Pedro y San Pablo y todos los santos,
nos proponemos rechazar los ataques del demonio

Salmo 67 (se rezará de pie)

1 Dios tenga misericordia de nosotros, y nos bendiga;
haga resplandecer su rostro sobre nosotros; Selah.

2 Para que sea conocido en la tierra tu camino,
En todas las naciones tu salvación.

3 Te alaben los pueblos, oh Dios;
Todos los pueblos te alaben.

4 Alégrense y gócense las naciones,
Porque juzgarás los pueblos con equidad,
Y pastorearás las naciones en la tierra. Selah

5 Te alaben los pueblos, oh Dios;
Todos los pueblos te alaben.

6 La tierra dará su fruto;
Nos bendecirá Dios, el Dios nuestro.

7 Bendíganos Dios,
Y témanlo todos los términos de la tierra.

 Huyan de su presencia los que aborrecen a Dios;

 desvanézcanse como el humo,
como la cera se derrite al fuego,
así perezcan los pecadores a la vista de Dios.
 
Ved aquí la Cruz del Señor; huid potestades enemigas.
León de la tribu de Judá, el vástago de David ha vencido.
Tu misericordia, Señor, es con nosotros
conforme a la esperanza que en ti tenemos.

Te exorcizamos Espíritu Inmundo,
quienquiera que seas, potencia satánica,
legión, reunión o secta diabólica.
 
En el nombre de Jesucristo seas arrojado de la Iglesia
de Dios, de las almas rescatadas con su Sangre preciosa.
 
No te atreverás a sacudir y cribar como al trigo
a los elegidos de Dios + ,
te lo manda el Dios altísimo + a quien,
en tu grande orgullo, pretendes hacerte semejante.
 
Él, que quiere que todos los hombres se salven
y lleguen al conocimiento de la verdad (1 Tim 2,4).
 
Te lo manda Dios Padre + ,
te lo manda Dios Hijo +, t
e lo manda Dios Espíritu Santo + ,
te lo manda Cristo, el Verbo eterno de Dios
que se hizo carne + ,
el cual para salvarnos se humilló
y se hizo obediente hasta la muerte;
ha establecido la Iglesia sobre una piedra sólida
y ha prometido que las puertas del infierno
no prevalecerán jamás sobre ella.
 
Te lo manda la señal de la Cruz + , y
 la virtud de los misterios de la fe + .
 
Te lo manda la poderosa Madre de Dios + ,
la cual aplastó por su humildad tu cabeza.
 
Te lo manda la sangre de los mártires
y la piadosa intercesión de los Santos y Santas.

 Dragón maldito y toda la legión diabólica,
te conjuramos por el Dios vivo + ,
por el Dios verdadero + ,
por el Dios santo + ,
por el Dios que ha amado tanto al mundo
y a cada uno de nosotros,
que nos ha dado su Hijo único,
a fin de que los que crean en él no perezcan
sino que tengan la vida eterna.
 
Cesa de engañar a las criaturas humanas
y de derramar el veneno de la condenación eterna.

Cesa de poner obstáculos a la libertad.
 
Vete maestro de todo engaño,
enemigo de la salvación de los hombres.

 Humíllate bajo la poderosa mano de Dios.
Tiembla y huye a la invocación hecha por nosotros
del santo nombre de Jesús que hace temblar a los infiernos,
 al cual alaban las potestades y las dominaciones,
y que los querubines y serafines alaban diciendo:
Santo, Santo, Santo, es el señor de los ejércitos.

V. Señor escucha nuestra oración.
R. Y llegue a ti nuestro clamor.

Dios del Cielo, de la tierra, de los Ángeles y Arcángeles,

 patriarcas, profetas, apóstoles y mártires,
Dios de los confesores y de las vírgenes,
Dios que das vida después de la muerte,
y el descanso después del trabajo,
dígnate librarnos de toda malicia
de los espíritus infernales, por Jesucristo Nuestro Señor.
 
Amén.

De las asechanzas del demonio,
líbranos Señor.
 
Dígnate humillar a los enemigos de tu Iglesia.

Se rocía con agua bendita
el lugar en que se ha rezado.

Hay que santiguarse al encontrar
la señal de la Cruz +

 

 

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