NESTRA SEÑORA DE MARIAZELL


Pocas imágenes hay en Austria tan veneradas como la de Nuestra Señora de Mariazell.
 
Aunque no se conservan muchas noticias del origen y fundación de su santuario, se sabe por lo menos que un religioso del monasterio de San Lamberto fue a establecerse en el siglo XII en el valle de Afflenz, con objeto de predicar el Evangelio y convertir a la fe a los habitantes de las poblaciones cercanas que aun daban adoración a los falsos dioses, conservando las antiguas ceremonias de las religiones idólatras.

Llevando consigo una imagen de la Virgen María, cortada en madera de tilo, hacia el buen religioso que despreciasen a sus ídolos y rindiesen solamente homenaje a la Reina de los cielos, Madre del Divino Salvador, cuya doctrina venia a enseñarles.


Cuando errante por los campos y montes veía un grupo de pastores, se detenía para explicarles las eternas verdades de Muestra santa religión, y mientras les dirigía su cariñosa y consoladora palabra, colocaba la sagrada imagen sobre el tronco secular de algún árbol caído.

Entonces los convertidos a la fe cristiana ofrecían humildes sus vidas a la Señora ante aquel rústico altar, y cuando concluía el religioso su plática, la adoraban con él y la alababan y bendecían.

Cuando la Parca inexorable cortó el hilo de la existencia de aquel monje venerable, los pastores de la Corintia guardaron un religioso respeto a la imagen de la Virgen, construyendo une especie de choza o cabaña al estilo de los leñadores, en la que la colocaron sobre un modesto altar.

Y aunque era pobre el templo que la dedicaron los primeros fieles de aquel sitio, era ya grande el número de los pastores y leñadores que iban a orar a la sencilla capillita donde la amorosa Madre les consolaba en sus aflicciones y les socorría en sus desgracias.

Así empezó a adorarse y venerarse a la Virgen Santísima bajo la advocación de Nuestra Señora de Mariazell, cuyo bendito nombre sale hoy de los labios de casi todos los habitantes de Austria con religioso respeto.

Grande es la devoción que siempre se ha tenido a esta milagrosa imagen.

En el año 1220, el Margrave de Moravia, Enrique y su esposa Inés, marchaban en romería a Mariazell para dar gracias a la Soberana de los cielos por una milagrosa curación que le atribuían.

Aunque con respeto y humildad la habían adorado sobre el tronco del árbol donde aun permaneciera en su santuario, su gran piedad quiso que tuviera otro más digno altar y mandaron construir una hermosa capilla de piedra.

A esta capilla rodea la iglesia que mandara también edificarla Luis I, rey de Hungría, en agradecimiento por haber conseguido una inesperada victoria contra los turcos.

En el año 1530, cuando los turcos iban a apoderarse de Mariazell, obró también la Virgen un nuevo milagro que no dejarán de referiros los demás peregrinos si alguna vez visitáis este venerado templo.

Llenos de furor contra los cristianos, gozosos de poder destruir sus iglesias y de profanar los santuarios, dirige uno de los lideres la punta de su lanza a la imagen tan venerada por los cristianos.

Pero en el momento en que la lanza iba a tocar en la sagrada imagen, pierde la vista el musulmán, y profiriendo varias exclamaciones de terror ahuyentó a sus soldados, que espantados con tan prodigioso suceso se dieron prisa en abandonar a Mariazell.

No será este solo Milagro el que os contarán en su tan concurrida iglesia, otros muchos os relatarán.

En todos tiempos y en todas ocasiones, La Virgen de Mariazell

ha dispensado infinitos beneficios tanto a sus religiosos habitantes como a muchos más que de otras lejanas tierras van en romería a su templo.


Entre los peregrinos ilustres y nobles de Mariazell, podemos citar a los emperadores Matías, Fernando II, Fernando III y Leopoldo I.

En 1728 recibía, en su celebrado santuario, por primera vez el sacramento de la Eucaristía María Teresa, y como en 1814 fue a orar a la Virgen el emperador Francisco, han ido los siguientes emperadores de Austria a postrarse ante la divina Virgen para implorar su favor y auxilio.

También como lo hicieran antes otros principies y poderosos de la tierra, al hacer su visita estos grandes personajes para dejar tes
timonio de su gran devoción y de la sincera piedad con que la invocaban dejaron magnificas ofrendas de piedras preciosas de gran valor.


 

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