SANTA GEMA, SU ORACIÓN MILAGROSA PARA QUE LOS ESTUDIANTES APRUEBEN LOS ÉXAMENES


ORACIÓN
 
Esclarecida protectora de los examinandos,
Santa Gema Galgani.
 
Tú que recibiste del cielo
 inteligencia tan clara y memoria tan feliz
que ocupabas siempre
los primeros puestos en las clases,
alcanzabas las más altas calificaciones en los exámenes
y obtenías premios extraordinarios
en públicos certámenes.
 
Escucha hoy mi súplica.

 
Tu que inflamada de la más tierna caridad
para con el prójimo, te angustiabas
y sentías como propios los suspensos
de tus compañeras de colegio;
ya que contemplas desde el cielo
mis pasados descuidos y negligencias
en el cumplimiento de los deberes escolares,
alcánzame del Señor el perdón
que humildemente imploro,
que sepa enderezar mis conocimientos
a la mayor gloria de Dios
y a la santificación de mi alma,
y que, singularmente en esta circunstancia
en que voy a examinarme,
conserve rectitud de intenciones,
serenidad de ánimo y equilibrio de nervios,
para que, obteniendo las brillantes calificaciones
por las que suspiro,
ensalce tu protección y eficacísimo valimiento
y bendiga al Señor por todos sus soberanos beneficios,
ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.
 
Amén.

Rezar un Padrenuestro, Avemaría y Gloria.


LAS RELIQUIAS

Se entiende por reliquias de los santos, las partes u objetos que les pertenecieron en vida; por ejemplo, un mechón de sus cabellos, una parte de sus restos mortales; también algún breviario, misal o rosario; una sortija o un manto, una sandalia, un cilicio, etc.
 
La autenticidad de las reliquias depende del celo con que hayan sido conservadas y vigiladas, y del testimonio veraz que hayan presentado una o varias personas de insospechable rectitud moral. Naturalmente, mientras más antigua la reliquia, menos probable resulta su verdadero origen, aunque hay casos en que la vigilancia y el registro minucioso de todas las vicisitudes que tal reliquia haya sufrido, dan por resultado una absoluta autenticidad.


Normalmente, el cuerpo de un santo reposa en algún templo o santuario y resulta imposible una suplantación; pero, a veces, por alguna catástrofe, guerra o hurto sacrílego, las reliquias se pierden (muchas se han extraviado para siempre). Entonces, si se logra alguna vez rescatarlas, es preciso que sean examinadas cuidadosamente por expertos y testigos que las conocieron, revisándose, además, los inventarios y descripciones que se tengan.
 
Si no queda la menor duda de que son las verdaderas, se las repone en su sitio y se continúa el cuidado y vigilancia sobre ellas para que la tradición se perpetúe hasta donde sea posible.
 
Las reliquias más preciadas de que se tiene memoria son las de Nuestro Señor Jesucristo: astillas o trozos de la madera de su Cruz; el sudario o Manto de la Verónica en que están las huellas de su Cuerpo. La naturaleza sagrada de tales reliquias, con una antigüedad de dos mil años aproximadamente, se apoya en la más celosa tradición, así como en la fe.
 
Las reliquias de los santos más o menos modernos rara vez ofrecen problema de identidad. De muchos de ellos se conservan no sólo sus restos mortales incorruptos, sino retratos y aun fotografías en que se pueden identificar plenamente los objetos y prendas de su uso personal.
 
Órdenes religiosas o congregaciones a las que pertenecieron —o fundaron— guardan sus prendas y objetos con tanto celo, que difícilmente podrían extraviarse. 
 
En el caso de Santa Gema Galgani, se trata de una santa tan moderna que todavía pueden encontrarse objetos y prendas que le pertenecieron.
 
Hay una prenda especialmente venerada un anillo. Anillo en torno al cual la confirmación de su procedencia y autenticidad va hilando una aventura extraordinaria.
 
El hombre ama las cosas que pertenecieron a un ser querido, a un ser admirado. Pero la vida y la inspiración de los genios, héroes y santos, como la de los demás mortales, tiene una existencia limitada y fugaz. Entonces, si no es posible conservar para siempre su hálito vital, se desea al menos poseer aquello que fue visto, oído y tocado por esos espíritus superiores, para así rendirles reverencia a través de los objetos que usaron en su tránsito por la tierra.


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