EL ÁNGEL QUE NOS APORTA VALOR PARA LIBERARNOS DEL SOMETIMIENTO



En el libro de Jueces Dios elige a personas para liberar a Israel de sus necesidades y sometimiento. 

Cuando cada año Madián destruye la cosecha de los israelitas y el pueblo empobrece cada vez más, Dios envía a su Ángel a Gedeón: "Entonces se le apareció el Ángel del Señor y le dijo: Mi hombre fuerte, el Señor está contigo. Pero Gedeón le respondió: ¿Mi Señor? ¿Está realmente nuestro Señor con nosotros? ¿Por qué entonces nos pasó toda esta desgracia?"(Jc. 6. 12). 

Cuando el Ángel le encarga que debe liberar a Israel con la fuerza que Dios le otorgó. Gedeón replica: "¿Cómo voy a liberar a Israel? Mira; mi tribu es la más pequeña y yo soy el más joven de mi familia."(Jc. 6, 15). 

Pero el Ángel no se da por vencido y le contesta: "Podrás vencer Madián, porque estoy contigo" (Jc. 6,16). 

Gedeón trae entonces al Ángel pan y carne para servirle. El Ángel toca entonces la comida y de repente estalla un fuego terrible que destruye todo. Tras esto el Ángel desaparece. Gedeón construye allí un altar y lo denomina Yahveh-Paz (Jc. 6, 24). 

El Ángel le promete a Gedeón que Dios mismo estará con él, pero la realidad que vive éste es totalmente diferente. Por todos lados sólo reina el sometimiento y la miseria y no se puede presentir nada de la cercanía y el cuidado de Dios. 

Lo mismo les sucede a muchas personas que no pueden creer en Dios porque no ven nada de su ayuda. Se sienten solas, explotadas y sometidas heridas y sin ningún tipo de ayuda. Nadie interviene para ayudarlos. Así por ejemplo los refugiados de Kosovo y Ruanda no pueden creer que Dios esté con ellos. Se preguntan cómo Gedeón: ¿Cómo nos pudo pasar todo esto? 

El Ángel no intenta convencer a Gedeón de que su situación no sea realmente desesperante, sino que lo envía para que salve a su pueblo de ese sometimiento. El mismo debe solucionar esta situación fatal pero esto parece demasiado irreal y por ello Gedeón se opone con toda razón. Siendo el más joven de la tribu más débil no tiene ninguna posibilidad de ayudar a Israel. Sin embargo, el Ángel evita este argumento y sólo le encarga la voluntad de Dios. 

Esta historia de Ángeles nos hace pensar en niños que se encuentran en situaciones similares de sometimiento y violencia sin posibilidad de rebelarse. Se les roba su éxito, la cosecha. Cuando al niño le sale algo bien no es halagado. Por el contrario, se le quita todo lo que surge y evoluciona en el. Los padres lo utilizan para ellos y jamás llegan a conectarse verdaderamente con sus hijos. Solo están con ellos cuando tienen visitas y entonces los muestran como objetos de colección. Allí debe demostrar el niño lo que sabe hacer. Allí debe recitar un poema o cantar una canción, aun cuando en realidad no quiera. No se toma en cuenta la necesidad del niño. 

El Ángel no protege al niño en estas circunstancias sino que le encarga que él mismo se rebele a sometimiento. Esto puede sonar muy irreal. Un pequeño no puede cambiar solo la situación familiar, pero el Ángel le da valor para que comience a cuidarse a sí mismo. El Ángel acompaña al niño cuando éste se anima a enfrentar el sometimiento y le muestra su parte más fuerte, aquella que no puede ser lastimada por nadie ni nada. El Ángel sólo lo acompaña, es el propio niño quien crea sus estrategias para lograr la liberación. A menudo me cuentan adultos; cómo de niños fueron capaces de crear solos las estrategias necesarias para liberarse de presiones externas. 

Por ejemplo, una mujer se internaba de niña en el campo y se refugiaba en una cueva que había fabricado. Otra corría a la iglesia para pedirle a María ayuda. Otro se escondía en el altillo donde podía jugar y sentirse segura. Otra se refugiaba siempre en el bosque cuando no se sentía bien. Ese era su lugar seguro, allí creía en su Ángel. Para poder explicar cómo es que los niños llegan a fabricarse estas estrategias de liberación podemos recurrir a la figura del Ángel 

Un Ángel le encarga al niño que tome sus fuerzas y se libere del sometimiento, que se cuide así mismo. Y se fabrique un lugar protegido y seguro para poder sobrevivir en esa situación adversa. El Ángel envía al niño a la lucha, pero no contra sus padres porque allí perdería seguro, sino en una lucha de liberación que le otorgue espacios para refugiarse del poder de sus padres. En lugar de llorar por el sometimiento. El Ángel envía al niño a la pelea por su propia libertad. 

Cuando algunos adultos se quejan de que se sienten desamparados o de que sus parientes y conocidos los maltratan constantemente, entonces deberían buscar al Ángel que les encarga que se rebelen. Ellos también poseen en su interior una fuerza que les permite liberarse de los sometimientos externos y, además, no están solos en esta lucha de liberación ya que tienen a su Ángel de su lado. 

El Ángel activa las fuerzas de los hombres, los empuja a que busquen estrategias para modificar su situación. En vez de sentirnos víctimas debemos luchar contra estas agresiones. Aun cuando aparentemente no tengamos posibilidades de ganar, vamos a conseguir algo, ya que nuestro Ángel está de nuestro lado y pelea con nosotros.


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