ORACIÓN A LA CRUZ DE CARAVACA PARA OBTENER PROTECCIÓN Y SALUD


Gloriosa Cruz de Caravaca, que, 
apareciste milagrosamente cuando se te necesitaba:

Me acojo a tu poder magnificente 
para que tu por medio tuyo 
se aleje de mi vida todo mal,
 enfermedad o desgracia que me aqueje 
y que las penas que me afligen,
sean resueltas y consoladas

Oh, Cruz Celestial de Nuestro Señor,
por el poder del bien, líbrame de todo mal.

Incline el Señor su oído a mi súplica, 
con la cual imploro que el amor y la comprensión 
reinen en mi vida, para que mi salud
sea plena y equilibrada.

Guíame, Santa Cruz de Caravaca, 
en el tránsito de mi vida terrena e ilumíname.

Presérvame en los momentos más peligrosos de mi vida, 
sobre todo cuando mi salud decaiga.

Te suplico, Santa Cruz bendita, 
que tu protección y apoyo llegue a mi vida 
y yo me encuentre con fortaleza
para seguir manteniendo mi fuerza de voluntad y mi salud.

Amén.

MILAGROS DE LA SANTA CRUZ

- Cuando Kosroes ocupó todo el reino de Jerusalén y tomó posesión del Patriarca Zacarías y la Cruz, Heraclio quería hacer las paces, pero dijo que no lo aceptaría si los romanos no negaban al Crucificado y adoraban a el sol. 

Celoso, Heraclio lanzó entonces su ejército contra Kosroes y a través de muchas batallas devastó Persia y lo obligó a huir a Ctesifonte. 

Atacado por la disentería, Kosroes quiso coronar rey a su hijo Medasa, y sabiendo esto, su hijo mayor, Sirois, se alió con Heraclio y junto con los nobles, persiguió a su padre y lo metió en la cárcel donde lo probó con el pan de la tribulación y el agua de la angustia, hasta hacer que los arqueros lo mataran. 

Después de eso envió a Heraclio al patriarca Zacarías con otros presos y la Cruz. Heraclio tomó la preciosa madera de la Cruz a Jerusalén y la llevó a Constantinopla. 

Esto se puede leer en muchas crónicas.

Como se cuenta en la HISTORIA TRIPARTITA, la sibila de los paganos dice de la Cruz: 

"Tres veces bendito el madero en que Dios fue ensalzado y magnificado!" Con esto se refería a las tres vidas que vienen de la Cruz, la de la naturaleza, la de la gracia y la de la gloria.

- Un judío entró en la iglesia de Santa Sofía en Constantinopla y al ver una imagen de Cristo y pensar que estaba solo allí, tomó su espada, se acercó a la imagen de Cristo y sin demora le cortó la garganta. De allí salió sangre y golpeó la cara y la cabeza del Judio que aterrorizado tomó la imagen, la tiró a un pozo y al poco tiempo Huyó. Un cristiano que lo conoció le dijo: 

"¿De dónde vienes como judío? ¡Has matado a un hombre!" grande, y de gran poder.

No fue un hombre al que golpeé, sino la imagen de Cristo de cuya garganta manaba sangre" 

El judío llevó al hombre al pozo, de donde sacaron la sagrada imagen. Se dice que aún hoy se puede ver la herida en la garganta de Cristo y que el judío se convirtió.

- En la ciudad de Beirut, en Siria, un cristiano tenía, por devoción, una imagen del Señor crucificado colocada cerca de su cama, a la que dirigía oraciones continuas. Después de un año alquiló otra casa y olvidó la imagen. Un judío, que se trasladó a la citada casa, un día invitó a uno de sus compañeros de tribu a un tomar un bocado en su casa. En la velada, el la invitado miraba a su alrededor cuando por casualidad vio la imagen fijada en la pared, habló con rabia a su anfitrión por tener una imagen de Jesucristo el Nazareno. 

El otro, que hasta entonces ni la había visto, juró por lo que pudo que él era completamente ignorante de la existencia de esa imagen. El invitado, fingiendo calmarse, se despidió y se dirigió al príncipe de su pueblo para acusar al judío de lo que había visto. 

Un grupo de judíos fue a su casa, vieron la imagen, lo golpearon brutalmente hasta dejarlo medio muerto y lo expulsaron de la sinagoga. Luego pisotearon la imagen y renovaron con ello los tormentos sufridos por el Señor en su Pasión. 

Cuando le atravesaron el costado con una lanza, de allí salió abundante sangre y agua, que llenó una vasija.

Asombrados, los judíos llevaron la sangre a la sinagoga, y todos los enfermos que fueron ungidos con ella se curaron inmediatamente. Los judíos contaron todo lo que había sucedido al obispo local y acordaron recibir la fe en Cristo y el bautismo.
El obispo, por su parte, guardó la sangre en una ampolla de vidrio, mandó llamar al cristiano y le preguntó que quién había hecho esa imagen tan bella. Él respondió: "Nicodemo, que al morir la dejó a Gamaliel, éste a Zaqueo, Zaqueo a Santiago, Santiago a Simón. Esta se quedó en Jerusalén hasta que la ciudad fue destruida, y entonces fue llevada por los fieles al reino de Agripa y de allí a mi país, por mi padres, llegando a ser mía por herencia." Esto sucedió en el año del Señor 750. 

Después de eso, todos los judíos consagraron sus sinagogas como iglesias, costumbre de consagración que se difundió, porque antes sólo el altar era consagrado. Debido a este milagro, la Iglesia determinó que el 27 de noviembre o, como leemos en otra parte, el 5 de Noviembre, que se recuerde la pasión del Señor. Por eso fue consagrada en Roma una iglesia en honor del Salvador en la que se saca ampolla con su sangre y se lleva a cabo esta fiesta solemne.

- La enorme virtud de la Cruz ha sido probada también de todas las maneras por los infieles. De hecho, Gregorio cuenta en el libro III de los DIÁLOGOS que André, obispo de la ciudad de Fondi, dejó vivir a una monja con él. El viejo enemigo comenzó a sospechar y a tener envidia de él, y empezó a tener pensamientos nefastos en la cama. Sucedió en el que un judío había llegado a Roma al final del día y no había encontrado un lugar donde poder descansar, y resolvió quedarse hasta el amanecer en el templo de Apolo. Temiendo ser sacrílego del lugar, aunque no tenía la menor fe en la cruz, se cuidó de fortalecerse con la señal de la cruz. Al despertarse en medio de la noche, vio una turba de espíritus malignos, entre los cuales destacaba uno como el más poderoso. éste, sentado entre los demás, comenzó a examinar los actos de cada uno de los espíritus que lo reverenciaban para descubrir cuanta maldad tenía cada uno de ellos. 

Alguien entró en el templo de los ídolos y vio a Satanás sentado con de toda su milicia. Uno de los espíritus malignos se acercó y lo adoró. Satanás le preguntó: "¿De dónde vienes?" 

Él: "Fui a aquella provincia, donde suscité muchas guerras, hice mucho alboroto, derramé copiosa sangre y vine a decírtelo." 

Dijo Satanás: "¿Cuánto tiempo hiciste esto?"

Él: "En treinta días". 

Satanás: "¿Por qué tomó tanto tiempo hacer esto?"

Y les dijo a los asistentes: "¡Vayan, azotenlo y maltratenlo fuerte!".

Llegó un segundo y lo adoró diciendo: "Estuve en el mar, señor, causé la máxima agitación, hundí muchos barcos y maté a innumerables hombres" 

Él: "¿Cuánto tiempo llevas haciendo esto?" 

El otro respondió: "veinte días" 

Y lo hizo azotar de la misma manera, diciendo: "Has trabajado poco en tanto tiempo". 

Vino un tercero y dijo: "Estuve en cierto pueblo donde provoqué peleas entre los participantes de una nupcias, hice derramar mucha sangre, maté al marido y vine a informarte”

Él preguntó: "¿Cuánto tiempo has estado haciendo esto?" 

El otro: "En diez días" 

Satanás: "¿No ha hecho otra cosa en tantos días?" 

Y mandó que lo azotaron. 

Llegó otro más y dijo: "Me quedé cuarenta años en el desierto, trabajé con un monge y con muchas dificultades acabé por llevarlo a los pecados de la carne"

Al escuchar esto Santanás se levantó de su trono y bajó, se quetó su corona de la cabeza y la colocó en la él. Hizo que se sentase a su lado y le dijo: "Hiciste una gran cosa y trabajaste ¡más que otros!" 

- Cuenta Gregorio en el libro de los Diálogos que una monja al entrar en una huerta y al ver una lechuga la deseó, la mordió con avidez, olvidándose de bendecirla con la señal de la cruz, e inmediatamente cayó poseido por el diablo. Cuando el bienaventurado Equicio fue a ella, la diablo comenzó a gritar: "¿Qué hice? ¿Qué hice? Estaba sentada y ¡una lechuga y vino y me mordió!” El mencionado hombre le ordenó salir inmediatamente de su cuerpo.

- Se lee en el libro XI de la Historia Eclesiástica que los paganos pintaron símbolos de Serapis en los muros de Alejandría, y Teodosio mandó borrarlos y pintar la señal de la cruz. Al ver esto los gentiles y los sacerdotes, se bautizaban, diciendo que según la tradición de los antiguos dioses que adoraban permanecerían hasta que llegase el signo que es la vida. Tenían una letra en forma de cruz que llamaban sagrada y que decían significaba la vida futura.


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