SAN MATÍAS. ORACIÓN PARA PROTEGERSE DE TRAIDORES, INJURIAS Y MALAS LENGUAS



 San Matías apóstol, santo de mi devoción,
en ti, el designio de Dios se hizo patente
para que tomaras el lugar del desafortunado Judas 
que traicionó a su Maestro. 

Fuiste elegido por el doble signo de la rectitud de tu vida 
y por la llamada del Espíritu Santo.

Fuiste tan puro de corazón, 
prudente de espíritu, 
sútil en resolver las cuestiones de la Sagrada Escritura, prudente en tus consejos 
y diestro y elocuente en el habla 
que cuando predicabas la palabra de Dios en Judea, 
lograste un gran número de conversiones 
por tus milagros y prodigios.

Tu que cambiaste la traición por la lealtad,
obtén para mi, que las traiciones,
habladurías, insultos, injurias y falsedades,
que recibo, sean aclaradas y rectificadas.

Tu sabes que soy persona de bien,
que a nadie daño, que a nadie desprecio,
que soy leal, no traicionero,
y que no merezco el mal que me causan mis enemigos.
A ti te pido justicia, tu intercesión,
para que la verdad salga a relucir.

Aleja a mis enemigos, a los traidores,
a un lugar donde a nadie puedan hacer mal,
donde recapaciten de sus culpas
y que sea Dios Nuestro Señor
quien se ocupe de poner a cada cual 
en el lugar que corresponda.

Se mi abogado defensor en tales cargos
amado apóstol,
se mi intermidiario con tu elocuencia
porque siendo favorito de Dios,
nada podrá negarte.

Tu que saliste airoso de toda cuestión
con los que te habían acusado falsamente
pon tus ojos en mi,
y favoreceme en esta causa
que con toda mi devoción te pido.

Amén.

Rezar Padre Nuestro, Ave María y Gloria.


SAN MATÍAS APÓSTOL

Matías es un nombre hebreo que en latín significa "dado por Dios", o "regalo del Señor", o "humilde" "pequeño". Fue "dado por el Señor" cuando Él lo eligió, lo separó del mundo y lo hizo uno de los 72 discípulos. Era "regalo del Señor" cuando, habiendo sido atraído, se convirtió en un de los apóstoles. Era "pequeño" porque siempre conservó una verdadera humildad.

Hay tres clases de humildad, dice Ambrosio, la primera de la aflicción cuando alguien es humillado, la segunda de la consideración, que viene de la autorreflexión, la tercera de la devoción, que procede del conocimiento del Creador.

El bienaventurado Matías tuvo el primer martirio sufriendo, el segundo despreciandose a si mismo, el tercero admirando la majestad de Dios. Matías viene tambien de "manu" que significa "bueno", y de thesis, "colocación". De ahí que Matías, el bueno, fue puesto en el lugar del malo, es decir, de Judas.

La historia de su vida que se lee en las iglesias fue escrito por BEDA.

Matías se convirtió en apóstol reemplazando a Judas, así que veamos rápidamente el nacimiento y origen de Judas. Leemos en un evangelio apócrifo que había en Jerusalén un hombre llamado Rubén, anteriormente llamado Simón, de la tribu de Dan, o, en la versión de Jerónimo, de la tribu de Isacar, que se casó con Cyborea. una noche despues de la relación matrimonial, Cyborea se durmió y tuvo un sueño que la aterrorizó y que le dijo a su esposo entre sollozos y suspiros lo siguiente: "Parecía que estaba dando a luz a un niño lleno de vicios, y esa sería la causa de la perdición de todo nuestro pueblo".

Constestó Rubens: "Lo que cuentas es horrible y no se lo debe repetir a nadie, solo fue la manifestación de un espíritu pitónico"' 

Ella respondió: "Si, me quedé embarazada esta noche y voy a tener un hijo, el sueño no fue producto de un espíritu pitónico sino una revelación".

Algún tiempo después dio a luz a un hijo, lo que la angustió a ella y a su familia.

El marido, que empezó a reflexionar sobre lo que harían con el niño. Cómo no querían matarla, ni querían crear al destructor de su raza, lo pusieron en un cesto de mimbre que arrojaron al mar, cuyas olas lo arrojaron a una isla llamada Iscariote. Es por esta isla que se quedó reconocido como Judas Iscariote. 

Paseando por la playa, la reina del lugar, mujer sin hijos, vio flotar la canasta, la abrió y encontró un hermoso niño. Suspiró: "¡Ah! Si yo tuviera un hijo así, mi reino no estaría sin un sucesor" 

Ella ordenó alimentar y esconder al niño, fingió un embarazo y finalmente anunció falsamente por todo el reino que había traído un hijo al mundo. Su propio marido la creyó y fue muy feliz, como todo el pueblo.

Mientras el niño se criaba en la magnificencia real, la reina en realidad quedó embarazada y dio a luz a un hijo. Mientras crecían, jugaban juntos, pero Judas atormentaba al hijo del rey con repetidas burlas e insultos, a menudo haciéndolo llorar. La reina que sabía que Judas no era su hijo, sufría por su comportamiento y muchas veces lo golpeaba. Pero eso no lo arregló. Ante esto, se reveló que Judas que no era el verdadero hijo de la reina, sino un niño adoptado. Sintiéndose humillado, Judas mató a su hermano putativo, el hijo del rey.

Temiendo ser condenado a muerte, aprovechó la presencia de recaudadores de impuestos y huyó con ellos a Jerusalén, donde empezó a servir en la corte del gobernador Pilato. Como las cosas semejantes se atraen, Pilato se dio cuenta de que Judas podía serle útil y desarrolló un gran cariño por él. Judas se convirtió en la figura principal en la corte de Pilatos, donde decidia en todas las cosas. 

Un día, al ver un frutal cerca de su palacio, Pilato estaba tan ansioso por comer esos fruta que casi se enferma. El huerto era de Ruben, el padre de Judas, pero Judas no conocía a su padre ni Rubens a su hijo, ya que Ruben pensaba que su hijo había muerto en el mar y Judas no sabía quién era su padre y cual era su patria.

Pilato mandó llamar a Judas: "Deseo tanto esos frutos que si me privan de ellos, moriré". Judas se apresuró a saltar la cerca y recoger fruta lo más rápido que pudo. Justo en ese momento llegó Ruben, encontró a Judas recogiendo su fruta, y comenzaron a discutir, luego a insultarse, luego pelear, y finalmente Judas golpeó a Rubens en la parte posterior de la cabeza con una piedra, matándolo. 

Rápidamente agarró la fruta y fue a contarle a Pilato lo que había sucedido.

Terminaba el día, caía la noche, cuando encontraron a Ruben muerto y todos creían que había sido víctima de una muerte súbita. Pilato le dio a Judas todas las posesiones de Rubén e incluso a su esposa. Cierto día en que Cyborea estaba lanzando profundos suspiros, Judas le preguntó con interés lo que la pasaba y le respondió: “¡Ay de mí! soy la mas miserable de las mujeres, porque ahogué a mi hijito en el mar, encontré a mi marido muerto prematuramente y Pilato añadió a mi dolor el obligarme a casarme contigo en contra de mi voluntad"

Cuando le contó todo acerca de su hijo, Judas narró su propio infortunio, descubriendo que estaba casado con su propia madre y que había asesinado a su padre. Arrepentido Judas, fue aconsejado por su madre para que fueses al encuentro de Jesús Nuestro Señor y le pidiera perdón por sus pecados. Este es el relato de la historia apócrifa, cuya certeza no está demostrada. De cualquier manera, Jesús lo incluyó entre sus discipulos. 

Una leyenda conservada en Tréveris dice que Matías era de la tribu de Judá, nació en Belén de una ilustre familia, en la escuela aprendió en poco tiempo el conocimiento de la Ley y de los Profetas, y que como aborrecia la lujuria por los la madurez de sus modales triunfó sobre las seducciones de la juventud. Su alma era propensa a la virtud, su inteligente hábil, su misericordia grsnde; era sencillo en la prosperidad, firme y valiente en la adversidad. Se aplicó en practicar y probar la doctrina que predicaba.

Cuando predicó en Judea, devolvió la vista a los ciegos, sanó leprosos, echaba fuera demonios, devolvía el andar a los cojos,
el oído a los sordos, la vida a los muertos. Llevado ante la presencia del pontífice, le dijo: "Usted me acusa de varios delitos, pero no tengo mucho que decir, excepto que ser cristiano no es un pecado, sino una gloria". El pontífice respondió: "Si le damos una fecha límite, se arrepentiría?" Y él contestó: "No pretendo, por apostasía, apartarme de la verdad que finalmente he encontrado".

Matías era, pues, muy instruido en la Ley, puro de corazón, prudente de espíritu, sutil en resolver las cuestiones de la Sagrada Escritura, prudente en sus consejos y diestro en el habla.  Cuando predicaba la palabra de Dios en Judea, logró un gran número de conversiones por sus milagros y prodigios. De ahí la envidia de los judíos, que lo llevaron ante el Consejo. Dos testigos falsos, que lo habían acusado, le tiraron las primeras piedras, con las que quiso ser enterrado para testificar contra sus acusadores. Mientras lo lapidaban, fue golpeado con un hacha, según la costumbre de los romanos, y después levantando sus manos al Cielo entregó su espíritu a Dios. 

La leyenda agrega que su cuerpo fue trasladado de Judea a Roma y de Roma a Tréveris.

Se dice en otra leyenda que cuando Matías fue a Macedonia predicando la fe en Cristo, le dieron una poción envenenada que le haria perder la vista, de la cual bebió en el nombre de Cristo sin sentir daño alguno, y como el veneno había cegado a más de 250 personas, por la imposición de sus manos devolvió la vista a todos. Sin embargo, el diablo se les apareció a estas personas en forma de niño, aconsejándoles que mataran Matias por destruir el culto de los dioses locales. 

Aunque continuó en el mismo lugar, nadie pudo verlo, a pesar de tres días de búsqueda. Al tercer día apareció y dijo: "Yo soy el que tiene las manos atadas a la espalda, el que tiene una soga alrededor del cuello, el que ha sido tratado con crueldad y el que ha sido puesto en prisión".

Los demonios rechinaban los dientes contra él, pero no pudieron acercarse al mar, porque el Señor salió a su encuentro con una gran luz, lo levantó del suelo, lo liberó de sus ataduras y le abrió la puerta de la prisión, fortaleciéndolo con dulces palabras. 

Poco después de su liberación, volvió a predicar la palabra de Dios, diciendo a los tercos: "Os advierto que descenderéis vivos al Infierno", y en ese mismo momento la tierra se abrió y se tragó a muchos, mientras que otros se convirtieron a la fe del Señor.




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