Santa Brígida, Santa Eduviges y Santa Paula,
tres santas viudas
que elegisteis acabar vuestras vidas
dedicadas al servicio de Nuestro Señor
siendo benefactoras, consoladoras,
ayudando a vuestros pueblos en sus necesidades,
curando heridos, saciando a los pobres,
ayudando a los necesitados.
Claros ejemplos de virtud, carácter,
prudencia y perseverancia
y en fin, amor al prójimo.
Son vuestros actos los que han dejado
una huella indeleble
de las más puras virtudes,
y que aún a día de hoy
seguís manteniendo entre vuestros devotos.
En estos día oscuros, de falta de humanidad,
os solicito vuestros favores
para restaurar la paz, para ayudar
a todos los que sienten oprimidos,
sin poder remediar sus necesidades más básicas.
Que sea vuestra piedad, vuestra bondad,
la roca donde podamos aferrarnos
para salir adelante en estas circunstacias tan adversas,
para tener esperanza en tiempos hostiles,
donde reinan las guerras, el odio,
el enfrentamiento entre hermanos,
las carencias vivenciales más básicas.
Sed vosotras intercesoras ante Dios,
Padre Nuestro, que reina en el Cielo,
para que sus ojos miren a la Tierra
se apiade de nosotros con benevolencia,
y nos muestre su misericordia
ayudándonos a salir adelante, una vez más.
Recordadle con vuestra bondad e insistencia
que aunque imperfectos, somos sus hijos,
que no nos deje abandonados
ante tanto sufrimiento.
A vosotras, nada puede negaros
por ser sus favoritas
y tener tantos méritos ganados
en la Corte Celestial.
Gracias amadas santas viudas,
y que vuestro triunfo sirva para engrandecer
las alabanzas que a vosotras dirigimos
los que afligidos lloramos en este mundo terrenal
esperando que vuelva a reinar la Paz
y la armonía de todas las familias.
Amén.
LAS TRES SANTAS VIUDAS
Suecia, país nórdico que forma parte de la Península Escandinava, es una tierra fría, de inmensos lagos, archipiélagos y bahías.
Primitivamente, estuvo poblado por los vikingos o normandos (que quiere decir hombres del norte), pertenecientes a una raza fuerte, aventurera y genial.
Al paso de los siglos, los suecos fueron forjando su propia cultura y adquirieron características que los han distinguido en el mundo. Según la opinión popular, tienen un temperamento reposado, prudente y frío.
Cuando el cristianismo se propagó en Suecia, la nación adquirió pronto el nuevo espíritu religioso, y surgieron ejemplos de las más puras virtudes.
Notables fueron San Oscar y Santa Brígida, ambos suecos.
Santa Brígida fue desde niña una devota admiradora de San Oscar, y seguidora de sus virtudes.
Polonia es un país situado al oriente de Europa. Sus habitantes, en su mayoría, pertenecen a la raza eslava, y son de temperamento vivísimo, impetuoso, lleno de fuego. Los polacos, a través de la historia, aparecen como un pueblo indómito, abnegado y guerrero, siempre dispuestos al sacrificio y al heroísmo.
De espíritu religioso, los polacos lucharon por refrenar sus pasiones y encauzar sus actos hacia la virtud. El cristianismo de ese pueblo admirable, arraigado en él desde la remota antigüedad, ha dado frutos tan admirables como San Estanislao de Kostka.
En cuanto a las características del pueblo de Italia, país mediterráneo situado al sur de Europa, son conocidas en América, pues los países hispanoamericanos participan de ellas. Dotados de una gran sensibilidad, los italianos son capaces de practicar una activa vida religiosa.
Los ejemplos de santos italianos son numerosos. En Italia, como se sabe, se encuentra la Santa Sede de la Iglesia Católica, e italianos han sido la mayoría de los papas de los últimos siglos.
Suecia, Polonia e Italia son tres puntos cardinales en el mundo que han visto nacer a tres almas semejantes en la virtud, la caridad y el amor: las santas viudas Brígida, Eduviges y Paula, cuyas historias, son extremo edificantes.
Cada una de ellas procedía de un medio distinto. Pero las tres, por diversos rumbos, se unieron en un solo espíritu, guiadas por un mismo amor: aquél que procediendo de la Divinidad, se manifiesta a los hombres por medio de sublimes inspiraciones.
Sus historias se remontan a épocas remotas, épocas de lucha feudal, de intrigas y de acciones violentas, en las cuales supieron dar ejemplo de santidad, por encima de las circunstancias adversas que tuvieron que padecer.
Se trata, pues, de tres santas mujeres que lucharon con su tiempo para no frustrar sus vocaciones, supieron vencer y aparecen ahora en los altares de la cristiandad, como paradigmas de virtud y firmeza.
Santa Brígida es mística y organizadora; Santa Eduviges, duquesa de Polonia, es la representación misma de la caridad, y Santa Paula, que descendía por la línea paterna de los conquistadores de Troya, representa la sumisión y el desprendimiento, en forma tan elevada que San Jerónimo la admiró y escribió su vida, hecho que no debe pasar inadvertido, por ser Jerónimo el varón más riguroso de su tiempo...
Primitivamente, estuvo poblado por los vikingos o normandos (que quiere decir hombres del norte), pertenecientes a una raza fuerte, aventurera y genial.
Al paso de los siglos, los suecos fueron forjando su propia cultura y adquirieron características que los han distinguido en el mundo. Según la opinión popular, tienen un temperamento reposado, prudente y frío.
Cuando el cristianismo se propagó en Suecia, la nación adquirió pronto el nuevo espíritu religioso, y surgieron ejemplos de las más puras virtudes.
Notables fueron San Oscar y Santa Brígida, ambos suecos.
Santa Brígida fue desde niña una devota admiradora de San Oscar, y seguidora de sus virtudes.
Polonia es un país situado al oriente de Europa. Sus habitantes, en su mayoría, pertenecen a la raza eslava, y son de temperamento vivísimo, impetuoso, lleno de fuego. Los polacos, a través de la historia, aparecen como un pueblo indómito, abnegado y guerrero, siempre dispuestos al sacrificio y al heroísmo.
De espíritu religioso, los polacos lucharon por refrenar sus pasiones y encauzar sus actos hacia la virtud. El cristianismo de ese pueblo admirable, arraigado en él desde la remota antigüedad, ha dado frutos tan admirables como San Estanislao de Kostka.
En cuanto a las características del pueblo de Italia, país mediterráneo situado al sur de Europa, son conocidas en América, pues los países hispanoamericanos participan de ellas. Dotados de una gran sensibilidad, los italianos son capaces de practicar una activa vida religiosa.
Los ejemplos de santos italianos son numerosos. En Italia, como se sabe, se encuentra la Santa Sede de la Iglesia Católica, e italianos han sido la mayoría de los papas de los últimos siglos.
Suecia, Polonia e Italia son tres puntos cardinales en el mundo que han visto nacer a tres almas semejantes en la virtud, la caridad y el amor: las santas viudas Brígida, Eduviges y Paula, cuyas historias, son extremo edificantes.
Cada una de ellas procedía de un medio distinto. Pero las tres, por diversos rumbos, se unieron en un solo espíritu, guiadas por un mismo amor: aquél que procediendo de la Divinidad, se manifiesta a los hombres por medio de sublimes inspiraciones.
Sus historias se remontan a épocas remotas, épocas de lucha feudal, de intrigas y de acciones violentas, en las cuales supieron dar ejemplo de santidad, por encima de las circunstancias adversas que tuvieron que padecer.
Se trata, pues, de tres santas mujeres que lucharon con su tiempo para no frustrar sus vocaciones, supieron vencer y aparecen ahora en los altares de la cristiandad, como paradigmas de virtud y firmeza.
Santa Brígida es mística y organizadora; Santa Eduviges, duquesa de Polonia, es la representación misma de la caridad, y Santa Paula, que descendía por la línea paterna de los conquistadores de Troya, representa la sumisión y el desprendimiento, en forma tan elevada que San Jerónimo la admiró y escribió su vida, hecho que no debe pasar inadvertido, por ser Jerónimo el varón más riguroso de su tiempo...
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